miércoles, 20 de noviembre de 2013

Desde el mismo Oriente hasta Canarias


La danza del vientre, a pesar de haber nacido en el lejano Oriente, a día de hoy, se ha convertido en una actividad practicada en todo el mundo, sin distinción de raza o clase social.
 Clara Rodríguez Pérez, componente del grupo Amar Amani, conoce de cerca esta tradición oriental y nos ha explicado, un poco, en que consiste y lo que significa para ella.

¿Qué te atrajo de este tipo de danza?
    Quería aprender a bailar, a controlar el cuerpo y la danza del vientre me proporciona ambas cosas. Además, antes practicaba sólo baloncesto y quería ser un poco más femenina a la hora de moverme.

Grupo de baile Amar Amani

¿Sabes un poco a cerca de la historia de este baile? ¿De dónde viene o como se creó?
     El origen no está claro, hay muchas teorías. La más aceptada dice que se originó en Egipto y se bailaba en los templos como una danza para el culto a la fertilidad y adorar a los dioses. Siglos después se bailaba para los sultanes como entretenimiento.  Con las migraciones de los gitanos se expandió por todo el mundo y dejo de ser un ritual. Comenzó a interpretarse en la calle, en fiestas,… Sin embargo, durante bastante tiempo no estuvo bien vista por la religión cristiana ni la islámica.  

La danza del vientre es un baile que, en su mayoría,  es solo practicado por mujeres ¿crees que esto supone un avance para la mujer en la sociedad?
      La danza del vientre es beneficiosa para las mujeres en muchos aspectos. Cuando se tienen dolores de espalda, a la hora del parto, por la disociación que se hace de la cadera y, en general, de todo el cuerpo. Pero no creo que suponga ningún avance para la mujer en la sociedad, al igual que otros deportes.
Clara Rodríguez Pérez

¿Cuánto tiempo llevas bailando?
       Más o menos cuatro años.

¿Has practicado otro tipo de baile? ¿Cómo lo compararías con la danza del vientre?
       Sí, bailes latinos, hip hop, jazz fusión…  aunque ahora mismo sólo practico la danza oriental y la salsa. Estos dos son bastantes diferentes. Una de las diferentes características es la música. Es más difícil bailar salsa o cualquier baile latino con una canción árabe, pero no hay problema si se hace al revés. Luego, la danza oriental es un baile, sobre todo, individual. No es necesaria una pareja para poder practicarla. Todo lo contrario ocurre con los bailes latinos que son de pareja, principalmente.

¿Para ti que supone bailar la danza del vientre?
       Es algo increíble. Dejarse llevar  con la música, progresar, llevar el cuerpo a límites que no conocías. Salir de los ensayos y bajar del escenario con la sensación de que te has superado es una de las emociones más gratificantes que se pueden sentir.

¿Piensas que tal vez sea un tipo de danza que no atrae tanto a la sociedad joven, como el hip hop, el funky,…?
       Efectivamente. No hay mucha publicidad sobre este tipo de danza y para la mayoría es desconocida. Además, muchos ignoran el esfuerzo que conlleva y la resistencia física que se necesita para ello. En los vídeos o en el escenario, parece muy fácil, pero no lo es.  Y lo puedo afirmar de primera mano, porque antes de empezar también pensaba que era más fácil que, por ejemplo, el hip hop. Tal vez por eso más personas practican esta rama.

    ¿Piensas que este baile te ha aportado algo más a tu vida?
      Me ha aportado muchísimo. Confianza, alegrías, amistades, conocimiento de mi misma, sensualidad, seguridad, estabilidad, energía, sensibilidad, afán de superación (en la vida en general), nuevas metas, fuerza…

Y por último, ¿Qué aspiraciones de futuro tienes con respecto al baile?
    Me encantaría llegar a ser bailarina profesional. Tanto de danza oriental como de bailes latinos.
Por si no lo consigo, de una forma u otra, el baile estará en mi futuro, ya sea dando clases o tomándolas o también en una compañía.


Aquí les dejamos un vídeo de la actuación Amar Amani en el programa canario La Gala.




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